Ya iba siendo hora de admitir ante todos vosotros que he sido abducida por otra saga literaria, esta vez con más fuerza, y menos a destiempo que Harry Potter, (de la cual sigo sin leerme los dos primeros libros).
Aunque, he de reconocer que la razón por la que tropecé con la saga de Crepúsculo, fue precisamente, por ser fan de Harry Potter. Robert Pattinson (actualmente apodado RPattz por las fans crepusculares, lo que él ha reconocido en alguna que otra entrevista que le recuerda al nombre de algún antiácido estomacal -me mata el sentido del humor de este chico...-), actor que interpretó a Cedric Diggory en la película de la saga pottérica "Harry Potter y el Cáliz de Fuego", fue designado el pasado diciembre para co-protagonizar la primera película que Summit Entertainment ha tenido a bien producir, basada en la primera de las novelas de esta saga: "Crepúsculo". Este hecho, y ver la novela "Eclipse" en un montón de stands de la Feria del Libro captó mi atención.
Ya en la contraportada de la novela "Crepúsculo", se nos advierte de la naturaleza de uno de sus personajes, cito:
"Hay tres cosas de las que estoy
completamente segura.
Primera, Edward es un vampiro.
Segunda, una parte de él
se muere por beber mi sangre.
Y tercera,
estoy total y perdidamente
enamorada de él."
Con este reclamo, y una portada que nos muestra unas manos pálidas que sostienen una manzana roja (ya se sabe, el fruto prohibido) y el título en sangrientas letras, Stephenie Meyer trata de convencernos de que nos asomemos a las páginas de esta imposible, peligrosa y adolescente historia de amor entre una humana de diecisiete años, Bella Swan y el vampiro Edward Cullen.
Isabella Swan (Bella) es una adolescente de diecisiete años que tiene que volver a un pueblecito de Washington donde apenas sale el sol unos pocos días al año para vivir sola con su padre, cuando su madre se vuelve a casar con un jugador (de béisbol? upps, ahora dudo este punto), que no tiene residencia fija, al tener que viajar continuamente por el país durante la liga. Bella jamás ha destacado. Es sumamente patosa y no es precisamente la alumna a quien todos votarían como reina del baile de fin de curso. Es una chica del montón. O lo era en Phoenix. En Forks, acapara las miradas desde el primer día, cosa que ella no ve estimulante en modo alguno. Pero hay algo que llama su atención desde su primer día de instituto, cinco alumnos que destacan en belleza sobre el resto y se sientan apartados de todo el mundo en el comedor, los hermanos Cullen. Desde el primer instante en que ve al menor de los chicos, Edward, Bella se sentirá irremediablemente fascinada por ellos. Y mucho más por él. Su primer encuentro con Edward será tan chocante, que cuando éste decide por fin entablar conversación con ella, Bella no parará hasta descubrir por qué los Cullen son tan especiales. Un tremendo desliz en el comportamiento de Edward y la narración de ciertas leyendas locales por parte del hijo de un viejo amigo de su padre, Jacob llevará a Bella a la fascinante verdad.
Lo llamativo es que la naturalidad y el sentido del humor con el que Edward y Bella se adentran en los pensamientos y el mundo del uno y la otra se hace absolutamente adictiva. Al fin y al cabo, Bella es una adolescente. Y también se hace llamativo que, mientras Bella es la protagonista de esta historia, es el personaje de Edward el que te atrapa sin remedio. Cualquier adolescente que se asome a las páginas de Crepúsculo corre el peligro de caer perdidamente enamorada de este vampiro de nombre dieciochesco, modales exquisitos, algún que otro secretillo, y sentido del humor de lo más pícaro y deliciosamente sensual.
En la segunda de la saga, "Luna Nueva", tras recientes acontecimientos, Edward Cullen se ve obligado a resistirse a la irrefrenable necesidad de vivir por y para Bella, dándole la dolorosa oportunidad de vivir como una humana más. Nos adentramos entonces en la desesperación de Bella y el inmenso e insondable vacío que asola su corazón en ausencia de su amado, en la lucha diaria por no convertirse en una zombie (una muerta en vida) mientras anhela a cada página que Edward cambie de opinión y vuelva a sus brazos. Al principio intentará no recordar nada, pero poco a poco, y con la ayuda de Jacob, ideará su propio plan para no olvidarle, aunque cada intento infructuoso de oír su voz haga que el agujero le escueza y le cueste respirar. Jacob la ayuda porque se está enamorando de ella, y ella lo utiliza para seguir oyendo la voz de su amor. "Luna Nueva" nos relata y nos inunda de esa desesperación, de esa agonía de un modo que el lector se siente atrapado por esa angustia. Y nos hace intuir que los problemas de Bella, el peligro que la persigue y acecha, está lejos de acabar.
En "Eclipse", el triángulo amoroso Edward-Bella-Jacob es ya una realidad. "Eclipse" nos cuenta cómo el único problema que Bella trata de capear insistentemente, casi con tozudez es seguir en contacto con Jacob mientras avanza en su compromiso eterno con Edward. La naturaleza de Edward y Jacob es ser enemigos, más aún cuando Edward sabe que Jacob está locamente enamorado de ella y no cejará en su empeño por conseguir que admita que ella también lo ama y separarla de la decisión que ya ha tomado. Pero Jacob no quiere ni oír hablar de esa posibilidad. La amenaza a la vida de Bella se ha presentado en el territorio de Jacob, que Edward no puede pisar desde tiempos ancestrales, pero Bella insiste en seguir viendo a Jacob, así que Edward tiene que admitir la insoportable posibilidad de que sea Jacob quien la proteja durante las visitas de Bella, cuando el peligro vuelve a cernirse una vez más sobre ella y sobre todos los habitantes de Forks. Esta vez, el peligro, la amenaza es tan aterradora, que la familia de Edward y la de Jacob deberán trabajar juntas, codo con codo, para eliminarla de una vez por todas. La rivalidad entre Edward y Jacob nos proporciona uno de los puntos más humorísticos de la saga, puesto que Bella intenta que se comporten, les quiere a los dos. Así que los improperios que se dedican el uno al otro están cargados de fina ironía, sarcasmos e insinuaciones múltiples que hacen disfrutar de lo lindo al lector.
A pesar de que la saga de Crepúsculo la encontremos en la sección juvenil de las librerías y revistas especializadas, cabe destacar que sabiamente, la editorial que se ha hecho cargo de la publicación en castellano de estas novelas, no es otra que Alfaguara, lo que le da sin duda alguna, una garantía de calidad. Y la tiene. La traducción de la saga de Crepúsculo es infinitamente más rica que la odiada salamandrina de la saga Harry Potter.
La cuarta novela de la saga, "Amanecer", tenía prevista su publicación en castellano en la apropiada fecha del 31 de octubre. Sin embargo, tras comprobar el fenómeno bloggero crepuscular y la avalancha de correos electrónicos de los fans de la misma, Alfaguara ha adelantado esta fecha en quince días. Y la autora ya está trabajando en la versión de "Crepúsculo" desde la perspectiva de Edward, de la que ya ha adelantado un capítulo, y que llamará "Sol de Medianoche". Stephenie Meyer ha declarado en alguna entrevista que este empezó por pura curiosidad, pero que cuando llegó a las trescientas páginas, se dio cuenta de que el personaje de Edward era tan adictivo y fascinante que merecía una novela para él solo. Esta fan crepuscular admitiría la reescritura de la saga desde la perspectiva de Edward, o de cualquiera de los Cullen, e incluso, y sólo por seguir disfrutando del talento de esta mujer, desde la perspectiva de Jacob Black, aunque le odie. ¡Ah! y que nadie tiemble por la inocencia de las lectoras de esta saga. Stephenie Meyer es mormona, y no admite sexo premarital. Es tajante con respecto a eso. Y aún así, cualquier mujer o mujercita que se asome a las páginas de esta saga, caerá rendida irremediablemente ante los encantos sobrenaturales de Edward Cullen, sólo por sus palabras, sus miradas, sus castos besos y sus tímidas caricias, sin prescindir de una sola prenda de ropa. Edward ama a Bella, y se odiaría eternamente (y para un vampiro eso es demasiado tiempo) o se haría matar (sin dudarlo un segundo) si un ínfimo desliz en su autocontrol le hiciera perderla para siempre.
Espero haberos provocado curiosidad por esta saga. La imaginación vuela entre sus páginas y los espíritus románticos releemos una y otra vez nuestras escenas favoritas sin dejar de soñar despiertos. Es pura magia.
Lo llamativo es que la naturalidad y el sentido del humor con el que Edward y Bella se adentran en los pensamientos y el mundo del uno y la otra se hace absolutamente adictiva. Al fin y al cabo, Bella es una adolescente. Y también se hace llamativo que, mientras Bella es la protagonista de esta historia, es el personaje de Edward el que te atrapa sin remedio. Cualquier adolescente que se asome a las páginas de Crepúsculo corre el peligro de caer perdidamente enamorada de este vampiro de nombre dieciochesco, modales exquisitos, algún que otro secretillo, y sentido del humor de lo más pícaro y deliciosamente sensual.
En la segunda de la saga, "Luna Nueva", tras recientes acontecimientos, Edward Cullen se ve obligado a resistirse a la irrefrenable necesidad de vivir por y para Bella, dándole la dolorosa oportunidad de vivir como una humana más. Nos adentramos entonces en la desesperación de Bella y el inmenso e insondable vacío que asola su corazón en ausencia de su amado, en la lucha diaria por no convertirse en una zombie (una muerta en vida) mientras anhela a cada página que Edward cambie de opinión y vuelva a sus brazos. Al principio intentará no recordar nada, pero poco a poco, y con la ayuda de Jacob, ideará su propio plan para no olvidarle, aunque cada intento infructuoso de oír su voz haga que el agujero le escueza y le cueste respirar. Jacob la ayuda porque se está enamorando de ella, y ella lo utiliza para seguir oyendo la voz de su amor. "Luna Nueva" nos relata y nos inunda de esa desesperación, de esa agonía de un modo que el lector se siente atrapado por esa angustia. Y nos hace intuir que los problemas de Bella, el peligro que la persigue y acecha, está lejos de acabar.
En "Eclipse", el triángulo amoroso Edward-Bella-Jacob es ya una realidad. "Eclipse" nos cuenta cómo el único problema que Bella trata de capear insistentemente, casi con tozudez es seguir en contacto con Jacob mientras avanza en su compromiso eterno con Edward. La naturaleza de Edward y Jacob es ser enemigos, más aún cuando Edward sabe que Jacob está locamente enamorado de ella y no cejará en su empeño por conseguir que admita que ella también lo ama y separarla de la decisión que ya ha tomado. Pero Jacob no quiere ni oír hablar de esa posibilidad. La amenaza a la vida de Bella se ha presentado en el territorio de Jacob, que Edward no puede pisar desde tiempos ancestrales, pero Bella insiste en seguir viendo a Jacob, así que Edward tiene que admitir la insoportable posibilidad de que sea Jacob quien la proteja durante las visitas de Bella, cuando el peligro vuelve a cernirse una vez más sobre ella y sobre todos los habitantes de Forks. Esta vez, el peligro, la amenaza es tan aterradora, que la familia de Edward y la de Jacob deberán trabajar juntas, codo con codo, para eliminarla de una vez por todas. La rivalidad entre Edward y Jacob nos proporciona uno de los puntos más humorísticos de la saga, puesto que Bella intenta que se comporten, les quiere a los dos. Así que los improperios que se dedican el uno al otro están cargados de fina ironía, sarcasmos e insinuaciones múltiples que hacen disfrutar de lo lindo al lector.
A pesar de que la saga de Crepúsculo la encontremos en la sección juvenil de las librerías y revistas especializadas, cabe destacar que sabiamente, la editorial que se ha hecho cargo de la publicación en castellano de estas novelas, no es otra que Alfaguara, lo que le da sin duda alguna, una garantía de calidad. Y la tiene. La traducción de la saga de Crepúsculo es infinitamente más rica que la odiada salamandrina de la saga Harry Potter.
La cuarta novela de la saga, "Amanecer", tenía prevista su publicación en castellano en la apropiada fecha del 31 de octubre. Sin embargo, tras comprobar el fenómeno bloggero crepuscular y la avalancha de correos electrónicos de los fans de la misma, Alfaguara ha adelantado esta fecha en quince días. Y la autora ya está trabajando en la versión de "Crepúsculo" desde la perspectiva de Edward, de la que ya ha adelantado un capítulo, y que llamará "Sol de Medianoche". Stephenie Meyer ha declarado en alguna entrevista que este empezó por pura curiosidad, pero que cuando llegó a las trescientas páginas, se dio cuenta de que el personaje de Edward era tan adictivo y fascinante que merecía una novela para él solo. Esta fan crepuscular admitiría la reescritura de la saga desde la perspectiva de Edward, o de cualquiera de los Cullen, e incluso, y sólo por seguir disfrutando del talento de esta mujer, desde la perspectiva de Jacob Black, aunque le odie. ¡Ah! y que nadie tiemble por la inocencia de las lectoras de esta saga. Stephenie Meyer es mormona, y no admite sexo premarital. Es tajante con respecto a eso. Y aún así, cualquier mujer o mujercita que se asome a las páginas de esta saga, caerá rendida irremediablemente ante los encantos sobrenaturales de Edward Cullen, sólo por sus palabras, sus miradas, sus castos besos y sus tímidas caricias, sin prescindir de una sola prenda de ropa. Edward ama a Bella, y se odiaría eternamente (y para un vampiro eso es demasiado tiempo) o se haría matar (sin dudarlo un segundo) si un ínfimo desliz en su autocontrol le hiciera perderla para siempre.
Espero haberos provocado curiosidad por esta saga. La imaginación vuela entre sus páginas y los espíritus románticos releemos una y otra vez nuestras escenas favoritas sin dejar de soñar despiertos. Es pura magia.